Recordando mi estancia en el Peru

POR LA HERMANA UNA BYRNE

Aunque he estado algunas veces antes del pasado otoño en el Perú, nunca me quedé por mucho tiempo. Así que el haber tenido la oportunidad de pasar tres meses entre personas tan hospitalarias y llenas de fe fue verdaderamente un privilegio y un regalo!

El vivir con nuestras Hermanas Rosemarie y Sara en una casa donde las flores florecen todo el año, tanto dentro como fuera de casa, gracias a la atención que la Hermana Sara les presta, fue algo muy placentero e inspirador. Estas dos Hermanas dedicadas a servir a los pobres, están también muy conscientes de las injusticias y desigualdades que se sufren en este país. Mientras estuve allí asistí a eventos en los que muchas personas están trabajando para mejorar sus condiciones de vida, mejorar las condiciones de trabajo y para obtener respuestas acerca de todos aquellos que han desaparecido. Me sentí muy honrada al poder atender una presentación del gran Gustavo Gutierrez! En el hermoso y nuevo Centro de Salud, situado cerca de la iglesia, pude admirar los resultados del trabajo de nuestras Hermanas a través de los años; trabajo que aún continúa con Rosemarie, para que las personas de El Progreso puedan tener mejores servicios de salud. Viajando con la Hermana Sara, más allá de las rutas de autobús, a nuevas áreas donde las personas están viviendo en pocilgas y caminos de tierra, me mostró la pasión de la Hermana para ayudar más allá de todo límite a las personas más vulnerables. Asistiendo a las reuniones con nuestros Asociados me enseñó su dedicación a rezar y a hacer análisis sociales, cuando  comparten con las Hermanas y todos juntos tratan de construir una sociedad más justa y llena de compasión. Mucho de este trabajo es posible gracias a las donaciones al Fondo Marillac para la Misión y todas las personas allá están muy agradecidas por esta ayuda y apoyo. Personalmente, estoy muy agradecida por mi tiempo en Carabayllo y a todas las personas que compartieron sus vidas conmigo mientras estuve allí.