
La interprete Susana Beitman ayuda a Fernanda Ruiz (izquierda) y a Carmen Guía (derecha) a participar en el ritual de apertura del Capítulo 2015
Dos Asociadas de la Providencia del Perú viajaron a Kingston en abril para las reuniones de Asociados conectadas con las reuniones del Capítulo de las Hermanas. Carmen Alomía Guía (CG) había estado ya en el Canadá anteriormente; Para Fernanda Marleny Ramirez Ruiz (FR) fue la primera vez.
FR: ¡Me despierto, es real! Estamos llegando al Canadá… Me siento feliz de ver la nieve por todos lados, los árboles sin hojas y las casas tal y como las he visto en las películas…
CG: Al bajarnos del coche y pararnos en frente de la puerta de la Casa Madre, las caras sonrientes del Equipo de Líderes están allí para darnos la bienvenida con mucho amor, marcando el tono de nuestra visita a la familia de Hermanas de la Providencia de San Vicente de Paul en Kingston.
FR: Participamos en la celebración del lavado de los pies de la Semana Santa. Experimentamos una Iglesia donde todos pueden participar. Esto me hizo sentir muy emocionada.
CG: Pude seguir las celebraciones de la Semana Santa. Hubo emoción y admiración combinadas con sencillez y elegancia en cada una de las liturgias que fueron celebradas.
FR: Fue especialmente agradable ver a la Hermana Gayle al lado del sacerdote, acompañándolo durante toda la liturgia.
CG: Disfrute viendo el papel de la mujer en el altar. Las Hermanas Gayle y Frances son la personificación de la mujer en la Iglesia de hoy debido al lugar que ocupan en servir en el altar. Todas las personas que estuvieron ayudando estaban fungiendo de manera sincronizada por lo que la asamblea se llevó a cabo en comunión con lo que estaba pasando en el altar.
CG: Y ¿qué decir acerca de la música, las canciones…? Los coros de ángeles que nos permitieron disfrutar cada canción litúrgica. El ritmo penetrando nuestras almas. Esto es también ‘Evangelización’, porque nos conecta con Dios en amor y oración.
CG: Vale la pena comentar acerca de la presencia de presos en las liturgias. Hablar con un preso, sentir su deseo de salir de su situación, poder palpar todo lo bueno que la vida nos ofrece… Todos son motivos para que estos hermanos tengan esperanza a pesar de la situación en la que viven. ¡Muy Vicentino!
FR: Pero no todo fue felicidad: El Señor me permitió participar en el funeral de la Hermana Mónica Gannon y visitar la tumba de la Hermana Rose Healy. Estos fueron momentos difíciles. Los siguientes días transcurrieron rápidamente, compartiendo oraciones y liturgias con las Hermanas. Nunca antes había yo vivido momentos de profunda oración como estos. ¡Fue maravilloso!
CG: Sentí profundamente la visita a nuestra Hermana Rosita (Rose Healy) en el cementerio. Recordé los muchos momentos que estuve con ella en Carabayllo, Perú. Sentí una terrible tristeza pero también alegría, porque ella ha sido resurrecta en el Señor, desde donde nos acompaña todos los días.
CG: La visita de nuestra Irene (Hermana Irene MacDonell) en la enfermería estuvo llena de emoción. Verla allí sentada y quieta, con su sonrisa como siempre, causó mucha ternura y alegría. La vi frágil, pero la están cuidando bien. Esta imagen se quedará en mí para siempre.
CG: El tema del Capítulo, Un futuro lleno de compasión y esperanza, sintetiza lo qué se buscó en las reuniones donde las grandes decisiones tuvieron que tomarse. Las oraciones con el método de Visio Divina llenaron mi alma. Escuchar a Dios, verlo en las imágenes, compartir en pequeños grupos lo que se había escuchado y lo que se había dicho. Es una interesante combinación de diálogo personal y de comunidad con nuestro Creador. Gracias por esta experiencia.
FR: Muy rápidamente, el día que estábamos esperando llegó, nuestro encuentro con los Asociados Canadienses. Nuestra reunión fue muy emotiva… La mejor parte fue la de integrar nuestras ideas y sentimientos, y llegar a una declaración común. Nuestra misión como Asociados está en el servicio a los pobres desde el lugar en el que nos encontramos hoy día.
CG: Ambos, Hermanas y Asociados hablaron juntos acerca del tema del Capítulo. El Espíritu del Dios de la Providencia de San Vicente de Paul estaba allí con nosotros.
La primera idea que fue clarificada fue la de ‘independencia’. O quizás fue ‘interdependencia’ o quizás ‘autonomía’. Lo que realmente fue determinado es que somos una familia y que la nueva realidad nos pide que hagamos cambios organizacionales y que aportemos una mayor participación de parte de los Asociados. Pero nuestra identidad es clara: Somos Asociados de las Hermanas de la Providencia de San Vicente de Paul. Vivimos de acuerdo a nuestra propia convicción del carisma de la Congregación y la espiritualidad de San Vicente de Paul. Estamos unidos por un cordón umbilical con las Hermanas quienes nos han ayudado a encontrar nuestra propia fe, para crecer en ella y para mostrarla a través de acciones concretas en la tarea de facultar al pobre para que ellos sean capaces de construir su propio futuro.
CG: Fue una nueva experiencia la de interactuar con los Asociados Canadienses. Llegando a conocerlos tan cercanamente fue algo muy especial. Ver la expresión en sus caras, escuchar los sonidos en sus voces, su amor y su naturaleza hospitalaria nos hicieron sentir queridas. Esperamos poder reciprocar todas sus atenciones cuando vengan al Perú.
FR: Ya sin nieve y con una caminata maravillosa por la Calle Princess, llegó el momento de partir.